Cuidar ancianos es una experiencia gratificante en muchos sentidos. Las personas mayores son extremadamente vulnerables y requieren una atención especial. Sus vidas pueden ser increíblemente solitarias, y un buen cuidador puede satisfacer esa necesidad de muchas maneras, siendo a veces su única compañía. Y uno de los beneficios más gratificantes de cuidar a personas mayores es la relación que se establece. A menudo los ancianos que reciben los cuidados ven a su cuidador como «familia».
A la hora de elegir una empresa de asistencia domiciliaria para personas mayores puede buscar cuidadoras de personas mayores con experiencia que muestren cualidades como el conocimiento, la compasión, la comprensión y el respeto.
Hay varios tipos de cuidadores a domicilio remunerados que prestan una serie de servicios, desde ayuda en el hogar hasta atención sanitaria especializada.
No todas las asistentas de cuidados personales tienen licencia y tienen distintos niveles de experiencia y formación. Sirven de ayudantes y acompañantes, y se encargan de bañar y vestir, conversar, realizar tareas domésticas ligeras, comer y dar paseos por el barrio. Pueden ofrecer transporte para ir de compras y a las citas, así como recoger las recetas.
Los asistentes sanitarios a domicilio controlan el estado del paciente, comprueban sus constantes vitales y le ayudan en las actividades de la vida diaria, como bañarse, vestirse o ir al baño. Estos ayudantes también proporcionan compañía, realizan tareas domésticas ligeras y preparan las comidas.