Ser cuidador es una responsabilidad difícil. Si se añade la discapacidad a la ecuación, el compromiso puede ser mucho mayor. Sin embargo, estas relaciones también pueden ser muy gratificantes. La relación entre el paciente y las cuidadoras de personas dependientes se desenvuelve en la asistencia diaria para mantener un estilo de vida saludable en casa.
Aunque las discapacidades físicas no afecten a las capacidades mentales del individuo, sus necesidades físicas pueden seguir siendo las de un niño pequeño. Por ejemplo, la ayuda a vestirse, preparar las comidas, el transporte y otras necesidades diarias. Aunque estas tareas pueden resultar a veces agotadoras y abrumadoras, es muy importante que los cuidadores controlen sus actitudes hacia las personas que reciben los cuidados.
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Como familiar puede ser difícil mantener relaciones fuera de la persona dependiente. Adaptarse a ello es un reto, pero si ambas personas valoran la relación, lo conseguirán. La ayuda de cuidadoras de personas dependientes es una opción que puede convenir a ambas partes. Tanto a los familiares para tener tiempo de realizar tareas fuera del hogar o trabajar y a la persona dependiente para relacionarse con otras personas.
Acudir a la terapia o al asesoramiento puede ser útil para aprender a afrontar el hecho de dar y recibir cuidados y mantener relaciones sanas durante todo el proceso. En las sesiones familiares, los terapeutas actúan como mediadores y ayudan a los cuidadores y a las personas con discapacidad a comunicar sus necesidades y sentimientos entre sí, de modo que ambas partes se sientan respetadas. La mejor manera de cuidar es en equipo. Aprender a reunirse, compartir responsabilidades y mantener la igualdad de atención conduce a resultados positivos en la salud y la felicidad general. Con el sistema adecuado, el cuidado puede acercar a las familias más que nunca con una enorme cantidad de amor.
Las actitudes, las emociones y la mentalidad de los auxiliares de ayuda a domicilio se transfieren fácilmente a las personas que necesitan cuidados, y pueden tener un impacto significativo en su estado de ánimo y en la forma en que se ven a sí mismos. Por eso, el positivismo de las visitas externas a la casa pueden generar alegría por parte de los mayores al tener una motivación que les mantenga activos.
Las emociones negativas pueden hacer que las personas con discapacidad se sientan como una carga, lo que puede ser perjudicial para su salud mental y física y su recuperación. Minimizar la negatividad frente a los pacientes mantiene su propia salud física y psicológica.
Una forma de aliviar el estrés de los familiares es el apoyo de familiares y amigos que sigan manteniendo el contacto con nuestros mayores dependientes y contar con la ayuda a domicilio. No hay nada malo en pedir ayuda; a veces, es necesario.
Mantener una comunicación abierta es fundamental para una relación sana entre los cuidadores y las personas que reciben los cuidados. Deben sentirse cómodos expresando sus sentimientos para mejorar la comunicación y seguir perfeccionando los cuidados día a día.
Siempre puede darse la situación de no congeniar de adecuadamente con las cuidadoras de personas dependientes a domicilio. Para ello las empresas de SAD como Mejor en tu Casa, se encargan de buscar profesionales que se adapten a las necesidades particulares de cada familia. Ellos mismos son quienes se encargan de cualquier cambio de empleado, horarios…