«Demencia» es un término que significa que una persona ya no puede funcionar por sí misma debido a un deterioro duradero de múltiples capacidades mentales que afectan a la memoria, la atención y el razonamiento.
Alzheimer, una enfermedad en aumento
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, el Alzheimer y otras demencias afectan a alrededor de 47 millones de personas en todo el mundo.
Cada año se diagnostican alrededor de 9,9 millones de nuevos casos, lo que equivale a un nuevo caso diagnosticado cada tres segundos.En España se estima que esta patología afecta a 900.000 personas. La prevalencia de esta enfermedad neurodegenerativa en la población española presenta una mayor afectación a medida que aumenta la edad.
En este sentido, en una población cada vez más envejecida, la demencia se está convirtiendo en una de las grandes epidemias silenciosas del siglo.
Cómo tratar a una persona con alzheimer
El cuidado del Alzheimer y la demencia requiere paciencia y flexibilidad. Para reducir la frustración, tenga en cuenta estos consejos para las tareas diarias, desde limitar las opciones hasta crear un entorno seguro.
Si usted cuida a una persona con la enfermedad de Alzheimer o una demencia relacionada, su papel en el manejo de las tareas diarias aumentará a medida que la enfermedad progrese.
Tenga en cuenta los consejos prácticos que pueden ayudar a la persona con demencia a participar tanto como sea posible y permitirle a usted manejar las tareas con eficacia.
Reduzca las frustraciones
Una persona con demencia puede agitarse cuando las tareas que antes eran sencillas se vuelven difíciles. Para limitar los desafíos y aliviar la frustración
Programe con prudencia.
Establezca una rutina diaria. Algunas tareas, como el baño o las citas médicas, son más fáciles cuando la persona está más alerta y fresca. Permita cierta flexibilidad para actividades espontáneas o días especialmente difíciles.
Tómese su tiempo.
Prevea que las tareas pueden llevar más tiempo que antes y programe más tiempo para ellas. Deje tiempo para las pausas durante las tareas.
Involucre a la persona. Permita que la persona con demencia haga todo lo posible con la menor ayuda posible. Por ejemplo, él o ella puede ser capaz de poner la mesa con la ayuda de señales visuales o vestirse de forma independiente si usted coloca la ropa en el orden en que se pone.
Ofrezca opciones.
Ofrece algunas opciones, pero no demasiadas, cada día. Por ejemplo, dale dos prendas de vestir para elegir, pregúntale si prefiere una bebida caliente o fría, o pregúntale si prefiere salir a pasear o ver una película.
Proporcione instrucciones sencillas.
Las personas con demencia entienden mejor la comunicación clara y en un solo paso.
Limite las siestas.
Evite las siestas múltiples o prolongadas durante el día. Esto puede minimizar el riesgo de que se inviertan los días y las noches.
Reduzca las distracciones.
Apague la televisión y reduzca al mínimo otras distracciones a la hora de comer y durante las conversaciones para facilitar la concentración de la persona con demencia.
Sea flexible
Con el tiempo, la persona con demencia se volverá más dependiente. Para reducir la frustración, sea flexible y adapte su rutina y sus expectativas según sea necesario.
Cree un entorno seguro
La demencia afecta a la capacidad de juicio y de resolución de problemas, lo que aumenta el riesgo de que la persona se lesione. Fomentar la seguridad:
Evite las caídas.
Evite las alfombras dispersas, los cables de extensión y cualquier desorden que pueda provocar caídas. Instale pasamanos o barras de sujeción en las zonas críticas.
Utilice cerraduras.
Instale cerraduras en los armarios que contengan cualquier cosa potencialmente peligrosa, como medicamentos, alcohol, armas, sustancias tóxicas de limpieza, utensilios y herramientas peligrosas.