El cuidado de personas mayores con demencia puede llegar a ser desalentador. Ya sea porque cuides a un familiar de edad avanzada con la enfermedad de Alzheimer u otro tipo de demencia, o sea un profesional de la atención a la tercera edad, la actitud correcta es crucial.
Se cree que la enfermedad de Alzheimer está causada por la acumulación anormal de proteínas dentro y alrededor de las células cerebrales. Una de las proteínas implicadas se llama amiloide.
La enfermedad de Alzheimer es actualmente la sexta causa de muerte en los en la mayoría de países desarrollados, pero estimaciones recientes indican que este trastorno podría ocupar el tercer lugar, sólo por detrás de las enfermedades cardíacas y el cáncer, como causa de muerte de las personas mayores.
El Alzheimer es la causa más común de demencia entre los adultos mayores. La demencia es la pérdida del funcionamiento cognitivo -pensar, recordar y razonar- y de las capacidades de comportamiento hasta tal punto que interfiere en la vida y las actividades diarias de una persona. La demencia varía en cuanto a su gravedad, desde la fase más leve, en la que apenas empieza a afectar al funcionamiento de la persona, hasta la fase más grave, en la que la persona debe depender completamente de otros para las actividades básicas de la vida diaria.
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Educarse sobre la demencia y mantener una actitud positiva pero realista en el Alzheimer te permitirá mantener un control como cuidador.
Establece un estado de ánimo positivo para la interacción. Su actitud y su lenguaje corporal comunican sus sentimientos y pensamientos con más fuerza que sus palabras. Establezca un estado de ánimo positivo hablando al mayor de una manera agradable y respetuosa. Use expresiones faciales, tono de voz y contacto físico para ayudar a transmitir su mensaje y mostrar sus sentimientos de afecto.
Limitando las distracciones y el ruido, como apagando la radio o la televisión, cerrando las cortinas o la puerta, o pasando a un lugar más tranquilo. Antes de hablar, asegúrate de que tiene su atención; dirígete a la persona con Alzheimer por su nombre, identifícate por tu nombre y relación, y utiliza claves no verbales y el tacto para ayudar a mantener la concentración. Si está sentado, ponte a su nivel y mantén el contacto visual.
Utiliza palabras y frases sencillas. Habla despacio, con claridad y en un tono tranquilizador. Sobre todo no levantar la voz más alto o más fuerte, es mejor bajar el tono de voz. Si no entiende la primera vez, utiliza el mismo mensaje para la repetir. Si sigue sin entender, espera unos minutos y puedes volver a preguntarle. Utiliza los nombres de personas y lugares en lugar de los pronombres (él, ella, ellos) o abreviaturas.
Haz una pregunta a la vez; aquellas con respuestas de sí o no funcionan mejor. Intenta no hacer preguntas abiertas o de dar demasiadas opciones. Por ejemplo, una pregunta: «¿Le gustaría usar su camisa blanca o su camisa azul?» Mejor aún, muéstrale las opciones; las indicaciones y pistas visuales también ayudan a aclarar la pregunta y puede guiarle en la respuesta.
Cuando las cosas se pongan difíciles, distrae y reorienta. En caso de que el anciano pueda alterase o agitarse, debes intentar cambiar de tema o de entorno. Por ejemplo, pedir ayuda o sugerirle ir a caminar. Es importante conectar con la persona a nivel de sentimientos, antes de redirigirla.
Las personas con demencia a menudo se sienten confundidas, ansiosas e inseguras de sí mismas. Además, a menudo se confunden con la realidad y pueden recordar cosas que nunca ocurrieron realmente. Evita tratar de convencerlos de que están equivocados. Concéntrate en los sentimientos que están demostrando (que son reales) y responde con expresiones verbales y físicas de consuelo, apoyo y consuelo.
Recordar el pasado suele ser una actividad tranquilizadora y de afirmación. Muchas personas con demencia tal vez no recuerden lo que sucedió hace 45 minutos, pero pueden recordar claramente sus vidas 45 años atrás. Por lo tanto, evita hacer preguntas que dependan de la memoria a corto plazo, como preguntarle a la persona qué ha comido en el almuerzo. En su lugar, intenta hacer preguntas generales sobre el pasado lejano de la persona; es más probable que esta información se retenga.
Usa el humor siempre que sea posible, aunque no a expensas de la persona. Las personas mayores con demencia tienden a retener sus habilidades sociales y generalmente están encantadas de reírse con compañía.
