Contenido
La Consultora Accenture ha realizado un estudio sobre el acceso de la salud en el domicilio de las personas mayores. Según los resultados, un 67% de las personas mayores desean tener desde su casa de la evolución y control de su salud. Por ejemplo la respiración, el pulso o el colesterol.
Este estudio, realizado en diversos países europeos, entre ellos España; ha encuestado a más de 10.000 personas. De entre las personas encuestadas, el 57% ya utilizan algún sistema informático en el domicilio para consultar sus datos sanitarios. Pero este dato en un futuro, aumentará conforme vaya generalizándose el uso de dichos servicios. Otro dato apunta al mayor uso de Internet por parte de las personas mayores (un 62% de los encuestados), para tener en este caso mayor acceso a la información sanitaria.
Pero el problema más detectado en el estudio es que los sistemas instalados no están adaptados. Es decir, las personas mayores necesitan una tecnología de la cual no disponen, como puede ser un Smartphone, debido a su complejidad. Por lo que estos servicios poco a poco deberían adaptarse más a las necesidades para el correcto cuidado de personas mayores en el domicilio. Así también que ellos mismos aprendan a utilizar las nuevas tecnologías de forma más sencilla.
La enfermedad mental es una alteración de tipo emocional, cognitivo y/o comportamiento, en que quedan afectados procesos psicológicos básicos como son la emoción, la motivación, la cognición, la conciencia, la conducta, la percepción, la sensación, el aprendizaje, el lenguaje, etc. Lo que dificulta a la persona su adaptación al entorno cultural y social en que vive.
Según un estudio, los investigadores desarrollaron una intervención basada en “smartphones” utilizando un marco de ingeniería de sistemas adaptativos y principios de diseño centrado en el usuario.
Después de la repetición en diversos diseño, los investigadores probaron la utilidad de la aplicación en 10 participantes de unos 55 años con enfermedad mentales grave u otras enfermedades crónicas. Estos mismos informaron de un alto nivel de usabilidad y satisfacción con la aplicación de teléfonos inteligentes.
La herramienta utilizada cuenta con 10 sesiones, que se realizan durante un período de aproximadamente tres meses. En estas se tratan temas como la vulnerabilidad, el estrés, la adherencia a medicamentos y el abuso de sustancias y fármacos. Además, los médicos pueden controlar remotamente el uso de la aplicación e intervenir cuando se detectan problemas. De esta forma, se facilita así la telemedicina para poblaciones menos accesibles.
Las aplicaciones de los teléfonos inteligentes también facilitan potencialmente el compromiso de los pacientes en la atención participativa, personalizada y preventiva. A medida que la industria sanitaria adopta cada vez más la prevención y la autogestión de la enfermedad, es importante que los médicos y los pacientes participen activamente en el diseño y desarrollo de nuevas tecnologías que apoyen estos enfoques